APRENDIZ DE POETA.-...

APRENDIZ DE POETA.-

Nací tierra adentro, en Castilla.
Crecí soñando el mar sobre una llanura de espumas para las espigas.
Mientras cruzaban el cielo, de parte a parte las cigüeñas, abrí los ojos.
Horas de sol. Mañanas de domingo. Días columpiados sobre el tiempo de la tierra virgen. Sabor primero de aquellos besos de madre…mantequilla y pan con miel, zapatos de charol… y en las mejillas, agua fresca de colonia.
Una sonrisa, una niña de ojos grandes; pelo hecho trenzas, las tardes de cine al aire. Sueños de miradas, cerezas en las manos en aquellos caminos hacia las primaveras del alma.
Campanas para la primera comunión. Azucenas sobre un traje de la Orden de Calatrava.
Piel tostada, noches de estrellas bajo los pinos. En las playas de nadie, arriar cometas al viento. Girasoles y maíces para un año más.
Crecer junto a los árboles del silencio, cruzar el punte de la vida, hasta la madurez de las arrugas en la frente y no saber dónde te ha traído el tiempo.
Aquí estoy, aquí he llegado, y tengo todas las nostalgias de ayer en mis bolsillos.
Días, noches, aprendiz de todo sin saber apenas nada.
Escritor a ratos libres. Ojos quemados al lado de las madrugadas, graffitis de niebla y humo. Trenes que parten. Lágrimas. Pañuelos preñados de adiós.
Tengo una oración atada a la rosa de los vientos; labios ajados de carmín en servilletas de papel. Claveles marchitos que arrojan sobre la playa los amaneceres del mar.
Peregriné con hambre y pasión los días que me dieron para vivir. Por el camino de las mimbres, dejé prendido el dolor y el amor. Y en las noches de frío, ginebra y ron, las pisadas quedaron esparcidas por toda la ciudad.
Tierra de maíces cortados. Cosecha de sarmientos. Hoy sólo frutas y manzanas bajo el heno. Hortensias azules en el jardín.
De regreso, por las junturas de los años, ya solo escribo en el viento nostalgias, y sobre el río de la vida, deposito barcos de papel camino de la mar.
Aquí vivo, aquí me quedo, anclado a mi melancolía, en la boardilla de los años vencidos.
Aguardo la última luz del alba, en la playa de las campanas, y sueño la ruta de las gaviotas abrazado al mundo. Todos los sueños dentro, y los dedos… arañando con sed las ganas de de seguir viviendo.

José Luis Moya Palacios