Sí, te entiendo perfectamente porque es el estado de...

AL PEQUEÑO JULEN

Vida que empieza a crecer
flor quemada por la escarcha;
¿entenderte? ¡no es posible
Señor, Dueño de las almas!
Oí a mi hijo "de" llorar,
un pozo que se lo traga
y yo, Señor de los mundos,
ya no creo en tu palabra,
solo siento soledad,
herida cual fiera brava
veo impotente, Señor,
que matas las flores blancas,
que aprisionas nuestras vidas
que las confundes y amargas,
no me gusta tu lenguaje
ni tus obras, ni tus armas.

Oye las voces pidiendo
que vuelva el clavel de Málaga,
mira un pueblo destrozado
que llora en silencio y calla,
la amargura de unos padres
que quieren tenerlo en casa.
Deja que cante el jilguero
que vea la luz del alba,
deja que corra el arroyo
deja que fluyan sus aguas,
deja crecer los claveles
deja el sueño en su almohada,
que su madre lo despierte
acariciando su cama
¡no le robes sus abrazos
ni el beso de su mañana!

Romance de 32 versos en rima asonantada en los versos pares AA.
Se hace intencionadamente la oración de "oí a mi hijo de llorar", frase pronunciada por su padre.

¡Cuánto sentimiento!
Yo me encuentro totalmente bloqueada, no soy capaz de escribir nada.
Me está pasando lo mismo que con el caso del pequeño Gabriel.
Esta incertidumbre me mata. Espero que termine pronto esta pesadilla y poder escribir algo sobre el tema.

Os abrazo a todos.

Sí, te entiendo perfectamente porque es el estado de ánimo de muchas de nosotras y me supongo que también de los hombres en general.

Cuando oí al padre decir: "oí a mi hijo de llorar" no sé lo que me pasó por dentro y me salió ese poema así de carretilla, rabia, impotencia, dolor... todo se mezcla, yo también espero que pase este tremendo trago que tiene a España y a parte del mundo en vilo.

Un abrazo y, como siempre, que me alegra muchísimo leerte.