Nunca dejé mi suerte a la fortuna
de la suerte, lo digo convencida
de surcar los senderos de la vida,
sin miedo de perder batalla alguna.
Mas imposible no perder ninguna
batalla en la contienda, ser herida;
lo importante al final de la partida:
mantener las verdades una a una.
Nada importan los días del fracaso,
siempre al final, muerta la cobardía,
¡Qué grande renacer a un nuevo día
sin temor a las horas del ocaso!
Nada importan los días del mañana,
si la luz acaricia mi ventana.
Noemí
de la suerte, lo digo convencida
de surcar los senderos de la vida,
sin miedo de perder batalla alguna.
Mas imposible no perder ninguna
batalla en la contienda, ser herida;
lo importante al final de la partida:
mantener las verdades una a una.
Nada importan los días del fracaso,
siempre al final, muerta la cobardía,
¡Qué grande renacer a un nuevo día
sin temor a las horas del ocaso!
Nada importan los días del mañana,
si la luz acaricia mi ventana.
Noemí
Muy bonito NOEMI, yo al contrario de ÁNGEL, pienso que nada tiene que ver ni con izda. ni con la derecha (en ese aspecto estás perfectamente definida) si no con la valentía de contra viento y marea mantener las propias convicciones, en las que una cree, desde la honradez y la valentía, teniendo a final dela vida una compensación interior del trabajo bien hecho en toda una vida, bien se haya ganado o se haya perdido.
Perfectamente captada la idea, Mari.
Se nota mucho que has hecho comentarios de textos con Cabrero y Plazalagua.
Abrazos y a descansar un poco.
Se nota mucho que has hecho comentarios de textos con Cabrero y Plazalagua.
Abrazos y a descansar un poco.