ADIÓS A LA BOHEMIA...

ADIÓS A LA BOHEMIA
Acto primero
" ¡Señoras, señores!"
(Vagabundo)

Vagabundo. ¡Señoras, señores! Yo, poeta fracasado tengo que dar unas ligeras explicaciones por la parvedad de materia de mi obra.
¡Yo, que voy en el metro y medio de mi producción literaria (Señalando la altura con la mano) tengo que contentarme con mostrar ante el público un par de centímetros de ella! Y algo, además, realista.
¡Realismo! Cosa amarga, triste. Vale más vivir en el sueño. Yo he hecho hablar en mis dramas a emperatrices y césares, a princesas y cardenales.
En mi primer libro, en que quería rivalizar con el "Quo vadis?", comenzaba así: (Con énfasis) "Acababa de dar la hora tercia de las calendas de marzo, cuando el parásito Críspulo se acercó al vomitorium del anfiteatro flaviano a presenciar la representación de la 'Asinaria' de Plauto...
(Volviendo en sí). Yo, la verdad, no sé si la hora tercia sonaba o no. Pero, ¡cómo sonaba esta prosa maravillosa en mi cabeza! Yo siento lo grande, lo marmóreo, lo colosal...
Y sin embargo, tengo que mostrarle al público una obra realista. ¡Realismo! ¡Realismo! Cosa amarga, triste. Vale más vivir en el sueño. Yo que he hecho hablar con elocuencia a reyes y emperadores y a damas de alta alcurnia, he recogido aquí las frases de una muchachita descarriada y de un pobre pintamonas. He cantado los amores de "La dama de las camelias" de Chamberí por Hortaleza, o de Chamberí por Fuencarral.
He tenido que evocar el Madrid de los suburbios de hace años, el cafetucho de barrio, el violinista melenudo, la confabulación lamentable del artista que fracasa y de la mujer que se malogra. ¡Realismo! ¡Realismo! Cosa amarga, triste. ¡Vale más vivir en el sueño! ¡En el sueño! (y hago mutis)

Buenas noches

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