SUEGRO DE SOLEDAD:...

SUEGRO DE SOLEDAD:

¡Templa Soledad Montoya
y guárdate esa navaja!
que sangre vil no merece
manchar un arma de plata,

sean los remordimientos
los que atormenten sus almas
y el Cristo de los Gitanos
les nieguen sal y compaña.

¡Mira a tus dos hijos, niña,!
rosas aún muy tempranas
no les prives de la tierra
que los sustentan y amparan.

NARRADOR:

Calla Soledad Montoya,
triste la cabeza baja,
abrazada a sus dos hijos
emprende el regreso a casa.

Ordena el gitano viejo
al conjuro retirada
y mordiéndose los labios
enmudece una palabra.

Cuando regresa a su cueva
entre el fuego y las tenazas
sus ojos viejos chispean
por el hijo que descansa.