A Burgos Andaluz y redactor de corridas, Toros

Listas toreras

Pues al paso que vamos, un parguelón que yo conozco, cuando vea las listas electorales con tantos toreros y gente de la Tauromaquia, seguro que va a decir:

-- ¿Pero éstas qué son? ¿Las listas electorales o los carteles de San Isidro?

Se ha escrito el romance de valentía en las listas. Me imagino que a la vista de que los toros, la caza y los temas camperos les dieron muchos votos a Vox en las elecciones andaluzas. Hay bofetadas por llevar un torero en número de salir. De salir por la puerta grande del escaño en la Carrera de San Jerónimo. Como salgan todos, va a parecer aquello el callejón de Las Ventas, con tanta gente del toro. Para mosqueo del PACMA, que ya estará largando por esa boquita, si no ha largado aún, sobre esto de llevar toreros en las listas. Y digo que es el "Romance de Valentía", porque hay algunos que son tan poco en la vida que nada eran. Que no es ya que no los pongan en Sevilla o en San Isidro, como desearían, sino ni en las listas electorales. Que alguien que decide en un partido te ve en un tentadero pegarle dos naturales beunecitos a una erala y te pone de número 2 en cuanto te descuides. La Fiesta Nacional vuelve a ser verdaderamente nacional con los toreros en las listas de los partidos de centro y de derecha.

Abrió plaza Morante de la Puebla cuando las elecciones andaluzas. Dio la cara civilmente como un valiente y echó "la pata alante" para comprometerse con Vox, partido al que ayudó y del que fue imagen. Tanto, que ya vieron cómo le pusieron de pintadas con insultos y descalificaciones la entrada a su finca de La Puebla del Río. Mucho antes de ese antes, una vez apareció Curro Romero como espectador en un congreso del PSOE en Sevilla. Se encontró por la calle con Eusebio, un viejo partidario suyo socialista de toda la vida y le dijo:

-- Curro, ¿por qué no vienes conmigo, que voy al congreso del PSOE?

Y el Faraón, que no le gusta desagradar a sus partidarios, accedió:

-- Pues vamos allá, a ver qué es eso.

Eran los años triunfales del PSOE de González, cuando todo el mundo se apuntaba a caballo ganador, y yo le dediqué un artículo que titulé "Tu quoque, Curro?". Entonces, ciertamente, había que echarle valor a dar la cara por un partido siendo torero. Pero ahora es que vienen a buscarte. Con lleno hasta la bandera de toreros van a estar algunas listas. O de "aficionados prácticos", como siempre se han llamado, cual el caso de mi admirado Adolfo Suárez Illana, con quien más de acuerdo no puedo estar en lo que ha dicho sobre el aborto, como piensa gran parte de la derecha, de la que otra vez anda renegendo el PP, en Modo Rajoy. Con el PP va Suárez Illana de aficionado práctico y va Miguel Abellán de luces. Y Salvador Vega va por Málaga. Y en Sevilla, capital del Planeta de los Toros que decía Cañabate, el PP ha reunido como amparadores a Raúl Gracia "El Tato", a Ruiz Miguel, a Borja Domecq, a Pepe Luis Vargas y a José Luis Moreno. Serafín Marín, el solitario luchador contra la prohibición de los toros en Cataluña, el que hizo el último paseíllo en la Monumental de Barcelona con una barretina por montera, va en las listas de Vox. Óle la casta torera. A quien no veo que se esté pegando ningún arrimón con el mundo del toro es a Ciudadanos. Será para así tener las manos limpias para poder pactar, si se tercia, con los abolicionistas de la Tauromaquia, que en Ciudadanos sí que "hay gente pá tó" lo que vaya haciendo falta. Así que más toreras las listas no pueden ser. Vamos, que lo único que falta ya es que los elegidos no salgan de las urnas, sino del bombo de San Isidro de Simón Casas. Lo malo es que me estoy viendo a Andrés Amorós de cronista parlamentario.