DESDE GIBRALFARO. (Málaga)...

DESDE GIBRALFARO. (Málaga)
Hoy no escribo desde mi atalaya, pero si desde esta otra Gibralfaro monte que hay junto a la plaza de toros de Málaga,, la Malagueta, donde ayer tarde estuve viendo a mi amigo José Tomás, que una vez más demostró en el ruedo la categoría excepcional que como torero tiene en el mundo taurino, hoy por hoy, que está muy por encima de todos sus compañeros.
En primer lugar es un gran problema cuando torea este diestro poder conseguir una entrada porque el primer día que se ponen a la venta desaparecen como por arte de magia. Yo decidí ir ayer a la ventura a ver si conseguía dos entradas a sabiendas que en la taquilla de la plaza ponía:"Agotadas la venta de entradas para hoy. Y la suerte quiso que al acercarme a la plaza había dos hombres en taquilla devolviendo dos entradas, entonces yo le dije al taquillero que me las vendiera, y no quería, pero ante mi insistencia manifestando que si no me las vendía llamaría a la policía, lo conseguí su precio en taquilla 34 euros cada una, su precio en la reventa 180 euros cada una. Así es siempre que torea José Tomás.
Es la feria de Málaga, había un ambiente extraordinario en la calle Larios donde está la feria de día y ya estuvimos por allí esperando la hora de la corrida.
Esta vez era un mano a mano entre el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza y el de Galapagar, tres toros para cada uno.
El rejoneador que es el número uno también en su profesión estuvo magistral, con sus tres toros mostrando su maravillosa cuadra de caballos a los que solo les falta hablar y su perfección y arte a la hora de interpretar el toreo a caballo, pero falló pon la espada en los tres y solo consiguió una oreja.
José Tomás, nos dio una clase magistral de toreo puro, de toreo fino, de arte, de variedad, de profundidad, de temple que parecía torear a cámara lenta y quitando el primero que aunque no tenía condiciones algunas estuvo con el aseado y lo mató a la primera en los otros dos José realizó dos faenas que produjeron el clamor de la plaza, llena hasta la bandera, y corto unas merecidísimas 3 orejas que le permitieron salir a hombros por la puerta grande. El e que toreó en segundo lugar la banda interpretó una pieza mejicana, mitad corrido y mitad pasodoble que dió un fondo de clasicismo a la faene y antes de matar un cantaor desde el tendido nos sorprendió con un fandango en el que ensalzaba las cualidades excepcionales de este torero. José Tomás convenció, conquistó y triunfó, una vez más, allí alguien dijo que a lo mejor era su última corrida, tal vez porque pueda retirarse de los ruedos, ojalá no sea esta la última que le vea, pero si fuese así yo podría presumir de haber visto la despedida de este grandísimo torero al que cuando veo me permite que le de un abrazo. Gracias por todo José Tomás.