Principios quieren las cosas, Tribuna libre

IN/NOVANDO.

Dice la Señorita:

Si no recuerdo mal, empecé a trabajar en el sector de Contact Center en 1999, mientras estudiaba la carrera universitaria. Y, pese a que han pasado casi 20 años de aquellos días, cuando le hablo a alguien de qué va el sector, un brillo en sus ojos indica que parece estar descubriendo un extraño secreto: por fin se da cuenta que en los servicios de atención al cliente no trabajan tres o cuatro personas cogiéndote el teléfono cuando les llamas mientras que, entre llamada y llamada, hacen alguna otra cosa para la empresa en cuestión, sino que los centros de trabajo tienen, en muchas ocasiones, a cientos de personas trabajando simultáneamente, atendiendo a miles de usuarios al día. De todos modos, yo casi siempre me quedo muy en la superficie de ese mundo perdido que es el Contact Center para el común de los mortales. Sin embargo, esa puerta parece haberse abierto de par en par hace poco en el artículo de El Confidencial sobre el negocio del call center, y aunque muchas de las cosas que cuenta no son nuevas, no está mal observar qué impresión puede dar los entresijos del sector a quien llega desde fuera a él