MALAGÓN...

MALAGÓN
La amistad es un bello concepto de afecto, complicidad, ayuda y respeto, que no es fácil de alcanzar en su grado pleno, pero que cuando la compartes de verdad con alguien es algo que se iguala plenamente con el sentimiento de hermano, o sea que un buen amigo es como si fuese alguien de tu familia, pero alguien muy allegado.
Los amigos siempre están, aunque estén lejos aunque no se vean a menudo, aunque no se feliciten por el cumpleaños, pero siempre ocupan un hueco en tu corazón.
Tengo yo un amigo de la infancia que estábamos siempre juntos. Su padre trabajaba con el mío y tenían el mismo oficio, le conocían en el pueblo como Felipe Malagón, que era su nombre y apellido, pero como el apellido era un poco raro la gente se lo aplicaba a modo de apodo. Felipe era muy gracioso y cuando se tomaba cuatro copas, cosa muy habitual, en los albañiles, y en él, cantaba y bailaba y era realmente un espectáculo verlo. El era el oficial de un maestro albañil, muy alto y mu robusto que se llamaba Adriano el Pichón, este era muy serio y siempre ligaban juntos. Felipe era todo lo contrario bajito, no muy grueso y muy alegre y dicharachero. Pero eran excelentes profesionales y amigos.
Tuvo Felipe dos varones, uno que murió con unos 18 años, y otro menor que vive aún, está en Barcelona, quiere a su pueblo a rabiar, tiene casa en Fuensanta y pasa temporadas entre nosotros, verano, primavera o invierno, seguro que muchos de vosotros, pero muchos, lo conocéis se llama Jy se conoce simplemente por Malagón.
Malagón y yo somos como hermanos, hace ya más de 40 años que marchó a Barcelona, se fue a buscar un futuro y lo encontró, con esfuerzo, con trabajo y con pundonor, se convirtió en Policia Municipal y allí vive con su única hija, sus nietos y su esposa, felizmente como se merece, pero a el donde le gustaría estar siempre es al lado de la Fuente de la Negra en su Fuensanta natal.
Malagón y yo jugábamos juntos, trabajábamos juntos, nos íbamos de feria juntos y hasta nos tomábamos nuestras copas juntos.
Trabajabamos juntos, siendo casi niños los dos, porque mi padre montó una fábrica de cañizo, pues en Fuensanta a las orillas del río había muchas cañas, y Malagón era con sus 12 o 14 años, el que partía las cañas y dirigía la fabricación junto conmigo. Por eso y por la mistad de nuestros padres siempre estábamos juntos e íbamos a todo lados juntos. Cuando mi padre me compró una Lambretta de segunda mano, Malagón era mi copiloto y nos íbamos de juerga juntos.
El siempre que venía a Fuensanta lo primero que hacía era venir a abrazarme y todavía cuando habla de mi o nos vemos me llama jefe, ojalá todos los jefes y los obreros tuviesen siempre la misma relación de amistad y de cariño que Malagón y yo.
Este es mi mejor amigo, este es un ejemplo de que la distancia no es motivo para romper la amistad con una gran persona. Y estas lineas son un regalo para mi amigo Malagón que se que las va a leer y que se las brindo con todo mi cariño. Va por la amistad Pepe. Un abrazo muy fuerte para ti y para toda tu familia..
Me gusta · · Promocionar · Compartir