TRIANA. Un hermoso trozo de periodismo donde se pueden...

El valor de la deslealtad.

Mientras Sánchez habló de dádivas, Torra siguió con su matraca: autodeterminación.

María Jesús Pérez.

Actualizado:

10/07/2018 03:32h.

Ya lo verbalizó el presidente de Cs tras el éxito de la surrealista moción de censura del pasado 1 de junio que tumbó al expresidente Rajoy y que dio paso a un sucesor, a priori, totalmente hipotecado. ¡Algún precio pagaremos todos los españoles por dinamitar al anterior Ejecutivo antes de tiempo a base de apoyos interesados! «No voy a permitir que el obligado cambio de Gobierno sea a cualquier precio», dijo Albert Rivera, que dejó además un aviso sin acuse de recibo a sus adversarios, a los propios socialistas y a sus extraños compañeros de viaje en esta nueva etapa, sobre todo, nacionalistas catalanes y separatistas: «Estaré muy vigilante con las concesiones que pueda otorgar en Cataluña el nuevo jefe del Ejecutivo». Un mensaje, por cierto, que ayer mismo, en el Foro ABC, volvía a enviar al «presidente chollo»: «Sánchez ha recibido a Torra para sobrevivir en el Congreso... vigilaré de cerca sus pasos e hipotecas».

Rivera hacía referencia a la que fue también ayer la primera reunión del presidente Sánchez con su pseudohomólogo de la región en cuestión, Quim Torra. ¿Se pactó alguna transferencia a la Generalitat como pago al apoyo de los partidos catalanistas? Tras casi tres horas de charla, se recordó que dentro de la comisión bilateral existe una comisión de infraestructuras, de Hacienda, y otra de transferencias. Hablaron de empleo, dependencia, derechos sociales... «Queremos hablar del impulso del Corredor Mediterráneo y también del levantamiento de los vetos a las leyes sociales, pobreza energética, universalización sanidad pública, cambio climático...», explicó la vicepresidenta Calvo. ¡Ay cómo suena esto! Vamos, que sí, que algo hay. De hecho, guiños ya, haberlos haylos. Por ejemplo, la presidencia de Renfe, para Isaías Táboas, número dos del expresidente de la Generalitat José Montilla (2006-2010).

Tras el encuentro de ayer, pues... todos debemos estar vigilantes. Está en juego algo más que el precio a pagar por la moción de censura. Resurge el valor de la deslealtad. Mientras Sánchez hablaba de posibles dádivas, Torra seguía con su matraca: autodeterminación. ¿Y hay algo más desleal para con el resto de españoles?

En todo caso, lo que parece claro es que la ruptura del hielo que escenificaron Sánchez y Torra se pagará una vez más, a escote, entre todos los españoles. Los de la estelada independentista, los de la tradicional senyera catalana y los de la enseña nacional. El problema reside en que la póliza con que cuenta el flamante inquilino de La Moncloa no cubre el mínimo seguro a terceros de una «pax» catalana que se antoja como preámbulo de una nueva y fugaz etapa de distensión. Quizá le valga a él para acomodar el manejo de sus tiempos electorales pero desde luego que hundirá las expectativas de una España que desea poner fin de una vez para siempre al separatismo rampante que se esconde detrás del resquebrajado Estado de las autonomías.

María Jesús Pérez.

Redactora jefe.

TRIANA. Un hermoso trozo de periodismo donde se pueden sacar muchas consecuencias. Yo solo tengo una: Los separatistas abandonan su causa o siguen con la misma tabarra. Si la abandonan benditos sea, si no es así, ¿para qué seguir con lo que no puede ser? ¡Ojo!, pueden haber concesiones disfrazadas de "es normal".
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Ángel, buenos días, no me gusta absolutamente nada lo que está haciendo el señor Sánchez, creo que no se puede caer tan bajo como lo está haciendo él en el tema de los independentistas y todo por intentar sostenerse a cualquier precio para seguir siendo presidente de gobierno, esperemos que no tenga que arrepentirse del tejemaneje que lleva con los separatistas y demás grupitos que le sostienen.

Un saludo.