Me parece que dan un tiempo por si aparece el carné.

No tenía dni dice la propietaria del local de Zaragiza.

Ése era el nombre por el que ellos lo conocían, la identidad falsa que Román les había facilitado cuando se presentó en el restaurante pidiendo trabajo. Fue a finales de septiembre. «Alguien le dijo que necesitábamos un cocinero y vino. Dijo que tenía muchos estudios de cocina, que estaba súper preparado, que su padre había tenido restaurantes de toda la vida...», explica Raquel. Llegó a contarles que había pasado por el prestigioso centro de formación Basque Culinary Center, donde había recibido clases de Juan María Arzak. «Nos dijo que por qué no lo probáramos unos días y que si no estábamos contentos lo dejábamos, y así lo hicimos», continúa la dueña del bar Gerardo el relato de cómo Txiqui -así pidió que lo llamaran- entró en su cocina.

Durante las seis semanas que ha estado trabajando para Raquel, el rey del cachopo ha mantenido un perfil muy discreto y hermético. Sólo cuando no ha tenido más remedio, ha desvelado algún dato personal, siempre falso. Como cuando llegó la hora de formalizar el contrato. Román nació en Madrid el 25 de noviembre de 1973 -la semana que viene cumplirá 45 años-, pero a Raquel le contó que era venezolano. «Nos dijo que había nacido en Maracaibo y que por eso no tenía DNI sino NIE [Número de Identidad de Extranjero]». Añadió además que no podía darle su documentación para el papeleo porque le habían robado la cartera, hecho que había denunciado en comisaría. A la gestoría que hizo el contrato le facilitó el nombre de Rafael Rujano Contreras y un número de NIE y con esos datos se le dio el alta en la seguridad social.

El rey del cachopo era cumplidor en el trabajo -de 12.00 a 16.00 horas- y no era frecuente verlo fuera de la cocina. Hay clientes que acuden al restaurante todos los días y nunca le han visto la cara. Cuando salía a la calle, se ponía una gorra y unas gafas de sol y se dirigía al piso de alquiler que compartía, a escasos 150 metros del local.
La verdad es que demasiada fiabilidad sí que ha habido.

Saludos

Claro, demasiada fiabilidad, porque date cuenta que con ese documento de denuncia y que suplanta una identidad, pudo incluso darse de alta en la Seguridad Social para trabajar.

Es increíble.

Me parece que dan un tiempo por si aparece el carné.