Es cierto Ángel....

El Motril.- Existen en nuestro idioma muchas palabras de poco uso normal, tanto es así que no sabemos el significado de las mismas. Pondré un ejemplo. Hay una palabra o frase que se dice mucho en Asturias y León. No viene en la RAE ni como palabra suelta ni asociada a otras, me estoy refiriendo a la expresión: A ESGALLA. Vaya por delante que su significado es tener o existir mucho de algo. Dicho lo cual, me dirijo hacia la palabra inicial de este corto relato.

¿Qué es un motril? El motril es ese jovenzuelo entre los 10 y 14 años de edad que ha sido contratado por un señor rico para que le haga algunas cosas. Ni decir tiene que fue en tiempos de la dictadura, dado que, el niño tenía que asistir al cole por obligación, pero llegado el verano el rico del pueblo (o los ricos) contrataba los servicios del joven para resolver muchas facetas. Todo ello bajo el consentimiento de los padres. Normalmente el niño hacía las tres comidas ordinarias más echar las 10 y las 5. ¿Cuánto cobraba ese muchacho? Pues unas TRES PESETAS DIARIAS.

El motril hacía de todo: llevaba las vacas a beber. Cuidaba de alguna oveja. Trillaba el trigo en la era. Iba por agua a la fuente. Llevaba la comida para el resto de la gente. Cualquier otra labor dentro de la fuerza, destreza y agilidad del niño.

Bueno pues, a ese niño que era contratado por los más pudientes del pueblo, recibía el nombre de: MOTRIL.

Desconocía este sujeto en la vida de un lugar.

Por mi tierra, los niños de esa edad ayudaban en sus casas o echaban una mano a algún vecino, familiar, amigos de la familia sin sueldo concreto, una propina decían.

Olimpio. Cierto lo que dices, pero el que no tenía mucho dejaba al niño "trabajar" con el amo más rico.

Es cierto Ángel.

Es la historia, la vida, nuestra vida.
Era una forma de ayudar en casa, al tiempo que se aprendía de todo un poco.
Aprendizaje que también se ha perdido en la forma.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
OLIMPIO. Bueno, pues en el pueblo también aprendíamos muchas cosas, en cuestión de agricultura y ganadería sabíamos mucho más que el chaval de la ciudad. Veíamos todo in situ, desde el yugo hasta el cencerro pasando por las madreñas. Y como las abuelas con la lana de las ovejas -lana que tocábamos con las manos- nos hacían unos calcetines de lana...