El astrolabio.
Por Bieito Rubido.
Salón del móvil.
Bieito Rubido.
El 12 feb, 2020.
Ada Colau, mujer de lágrima fácil y corazón de piedra, lleva ya cinco años en la Alcaldía de Barcelona y no ha logrado erradicar la pobreza de su ciudad. ¡Qué decepción! Estábamos convencidos de que ella, como Irene y Pablo, tenía la fórmula mágica que la derecha «comehombres» se negaba a aplicar. Resulta que no, que Colau no devora a nadie, pero no sólo no arregla los problemas de sus vecinos, sino que los agrava. Ha plantado cara al turismo, notable fuente de ingresos, y de ello se alegran Málaga y Madrid. Eso sí, por las calles de la capital catalana siguen malviviendo centenares de vagabundos y los desahucios de viviendas se suceden todas las semanas. También quería cargarse el mayor congreso mundial del móvil. De boquilla, claro. Quien sí lo va a cerrar ahora es el coronavirus, y la alcaldesa podemita ya está preparando su llanto. No descarten que encuentre algún responsable del desastre entre la derecha española, ya que ella sí se entiende con la diestra catalanista y supremacista. Le gusta el nacionalismo. Pues ya ves, Ada, pasan los días y tu corazón es cada vez más frío. Pocas veces hemos asistido al suicidio de una comunidad, como está ocurriendo en Cataluña.
Por Bieito Rubido.
Salón del móvil.
Bieito Rubido.
El 12 feb, 2020.
Ada Colau, mujer de lágrima fácil y corazón de piedra, lleva ya cinco años en la Alcaldía de Barcelona y no ha logrado erradicar la pobreza de su ciudad. ¡Qué decepción! Estábamos convencidos de que ella, como Irene y Pablo, tenía la fórmula mágica que la derecha «comehombres» se negaba a aplicar. Resulta que no, que Colau no devora a nadie, pero no sólo no arregla los problemas de sus vecinos, sino que los agrava. Ha plantado cara al turismo, notable fuente de ingresos, y de ello se alegran Málaga y Madrid. Eso sí, por las calles de la capital catalana siguen malviviendo centenares de vagabundos y los desahucios de viviendas se suceden todas las semanas. También quería cargarse el mayor congreso mundial del móvil. De boquilla, claro. Quien sí lo va a cerrar ahora es el coronavirus, y la alcaldesa podemita ya está preparando su llanto. No descarten que encuentre algún responsable del desastre entre la derecha española, ya que ella sí se entiende con la diestra catalanista y supremacista. Le gusta el nacionalismo. Pues ya ves, Ada, pasan los días y tu corazón es cada vez más frío. Pocas veces hemos asistido al suicidio de una comunidad, como está ocurriendo en Cataluña.