NUESTRA RIQUEZA, EL GAS, Y NUESTRA POBREZA.
Mucha gente se pregunta cómo siendo nuestro país la cuarta economía en Europa, y ésta la segunda economía mundial, nuestros políticos nos recomiendan austeridad en la calefacción, el aire acondicionado, o en el transporte, algo desconocido desde la Segunda Guerra.
Que los pozos de petróleo y de gas van produciendo menos no es algo nuevo, pero nos decían que iba a ser un proceso lento, sin advertirnos que la lucha por acaparar petróleo y gas iba a convertirse en un negocio especulativo en un mercado con menos suministro.
El Gobierno español se ha opuesto a recortar su consumo de gas hasta el 15% como pide la Comisión Europea. El plan de Bruselas afectaría a las multinacionales energéticas que acumulan el gas licuado, aunque también a la propia actividad económica que es la que crea riqueza.
Se constata que no siempre hay que darle la razón a Bruselas, aunque también la decisión del Banco Central Europeo de subir el tipo de interés bruscamente afectará a la actividad económica y será la causante de una muy probable recesión que afectara sobre todo a las personas trabajadoras y vulnerables, pero sobre esto no ha habido quejas. A la luz de estos hechos, conviene hacerse una sencilla pregunta.
¿Porqué España es rica cuando no posee gas, ni petróleo, ni minas de nuevos materiales hoy muy necesarios?. Sí, es cierto que tiene un buen campo y agua, pero el campo está muy abandonado en base a las políticas agrarias de la UE, y el agua se va agotando por el cambio climático. Entonces ¿porqué España está en el puesto 34 entre los 195 países reconocidos del mundo conforme a su pib per cápita?.
La razón fundamental es nuestra capacidad de generar riqueza en base a nuestros conocimientos y la organización del trabajo, cuyo engranaje funciona mejor que otros.
Estas fuerzas y relaciones de producción han ido creando un modelo estructurado de empresas, vías de comunicación, puertos, escuelas, hospitales, y demás servicios que funciona como una máquina desde el 1 de Enero al 31 de Diciembre de cada año, produciendo valor, con mucho esfuerzo.
Esta es nuestra riqueza, que no es mayor por varias razones, una de ellas es que las Instituciones del Estado no actúan suficiente ante el fenómeno de la corrupción, o incluso hay políticos metidos en la misma. Pero sobre todo porque nuestros Gobiernos no actuan para modelar los mercados, y dejan a las grandes corporaciones actuar conforme sus intereses particulares utilizando el poder de su dinero y su capacidad de control sobre los precios.
Esa es la razón por la que hemos declarado el gas y las nucleares como energías verdes, y volvemos a anunciar subvenciones a la producción del carbón, todas ellas energías contaminantes, relagando los planes de Transición energética hacia energías verdes, cuando España carece de gas y petróleo.
Volvemos al tema de la riqueza. Nuestra riqueza está en la investigación y el desarrollo, en el conocimiento, en la transformación de nuestras fuentes de energía, en el trabajo bien hecho, en un reparto justo del valor que creamos. No en que unas pocas multinacionales interesadas en quemar fuel, a las que inexplicablemente subvencionamos con dinero público.
Nuestra pobreza viene del abandono de nuestras tierras y nuestra agricultura.
No crear bosques, no cuidar nuestras aguas, la natalidad y la vejez, es el camino de la decadencia, y caminamos hacia ella.
Mucha gente se pregunta cómo siendo nuestro país la cuarta economía en Europa, y ésta la segunda economía mundial, nuestros políticos nos recomiendan austeridad en la calefacción, el aire acondicionado, o en el transporte, algo desconocido desde la Segunda Guerra.
Que los pozos de petróleo y de gas van produciendo menos no es algo nuevo, pero nos decían que iba a ser un proceso lento, sin advertirnos que la lucha por acaparar petróleo y gas iba a convertirse en un negocio especulativo en un mercado con menos suministro.
El Gobierno español se ha opuesto a recortar su consumo de gas hasta el 15% como pide la Comisión Europea. El plan de Bruselas afectaría a las multinacionales energéticas que acumulan el gas licuado, aunque también a la propia actividad económica que es la que crea riqueza.
Se constata que no siempre hay que darle la razón a Bruselas, aunque también la decisión del Banco Central Europeo de subir el tipo de interés bruscamente afectará a la actividad económica y será la causante de una muy probable recesión que afectara sobre todo a las personas trabajadoras y vulnerables, pero sobre esto no ha habido quejas. A la luz de estos hechos, conviene hacerse una sencilla pregunta.
¿Porqué España es rica cuando no posee gas, ni petróleo, ni minas de nuevos materiales hoy muy necesarios?. Sí, es cierto que tiene un buen campo y agua, pero el campo está muy abandonado en base a las políticas agrarias de la UE, y el agua se va agotando por el cambio climático. Entonces ¿porqué España está en el puesto 34 entre los 195 países reconocidos del mundo conforme a su pib per cápita?.
La razón fundamental es nuestra capacidad de generar riqueza en base a nuestros conocimientos y la organización del trabajo, cuyo engranaje funciona mejor que otros.
Estas fuerzas y relaciones de producción han ido creando un modelo estructurado de empresas, vías de comunicación, puertos, escuelas, hospitales, y demás servicios que funciona como una máquina desde el 1 de Enero al 31 de Diciembre de cada año, produciendo valor, con mucho esfuerzo.
Esta es nuestra riqueza, que no es mayor por varias razones, una de ellas es que las Instituciones del Estado no actúan suficiente ante el fenómeno de la corrupción, o incluso hay políticos metidos en la misma. Pero sobre todo porque nuestros Gobiernos no actuan para modelar los mercados, y dejan a las grandes corporaciones actuar conforme sus intereses particulares utilizando el poder de su dinero y su capacidad de control sobre los precios.
Esa es la razón por la que hemos declarado el gas y las nucleares como energías verdes, y volvemos a anunciar subvenciones a la producción del carbón, todas ellas energías contaminantes, relagando los planes de Transición energética hacia energías verdes, cuando España carece de gas y petróleo.
Volvemos al tema de la riqueza. Nuestra riqueza está en la investigación y el desarrollo, en el conocimiento, en la transformación de nuestras fuentes de energía, en el trabajo bien hecho, en un reparto justo del valor que creamos. No en que unas pocas multinacionales interesadas en quemar fuel, a las que inexplicablemente subvencionamos con dinero público.
Nuestra pobreza viene del abandono de nuestras tierras y nuestra agricultura.
No crear bosques, no cuidar nuestras aguas, la natalidad y la vejez, es el camino de la decadencia, y caminamos hacia ella.