Pues què suerte tienes! y a èl le alabo el gusto.

Lu por favor las gallinas de A raiola que así se llama la casa son como los de antes, es un capricho de mi santo esposo, tienen un corral grande con dos zonas una por si llueve cubierto y otro bajo un pomelo que de entrada pensamos que se secaria, pues no algunos pomelos pesan casi medio kilo, y por suerte no son muy acidos.
Te aseguro que se preocupa más de sus gallinas que del resto, quizás le recuerde a la casa de su madre que en plena ciudad tenian tras la casa un terrenito y allí sus gallinas, y a la vejez viruelas cuando nos vinimos para este pueblo compró sus gallinas y las tiene viciadas por que ponen unos señores huevos.

Pues què suerte tienes! y a èl le alabo el gusto.