Y llegó la república. Y gobernaron las derechas, y...

Y llegó la república. Y gobernaron las derechas, y los militares no se movieron. Una coalición de izquierdas los desalojó del poder. La sociedad estaba muy convulsa desde muy atrás. los radicales de izquierdas, tremenda mente castigados, creyeron llegado su momento y presionaban al gobierno, imposibilitando sacar adelante un programa muy moderado. era evidente que el gobierno de izquierdas no iba a continuar tolerando a una clase social de tipo semi feudal, de ordeno y mando. Si señorito y perdone que le de la espalda. había que hacer una reforma agraria que llevaba siglos reclamándose. Los terratenientes eran dueños de haciendas y peones, y se tomaban si a mano venía derecho de pernada. Estos comportamientos han quedado reflejados en la literatura. En la industria ferrocarriles y minería, los trabajadores estaban organizados. No obstante la cultura de la negociación no existía para aquellas patronales acostumbradas a proceder a su exclusiva voluntad.
Proliferaban por doquier los grupos armados, destacando los anarquistas, los monárquicos, y la recién fundada falange. Los empresarios cotaban con matones, que se encargaban de propinar palizas, que a veces llegaban asta la muerte, a los trabajadores mas atrevidos, con el fin de amedrentar al resto. La república cerró la academia militar de Zaragoza, con para no seguir echando mas estrellas al mundo, y freno la concesión de medallas y prebendas. El estamento militar comenzó a mostrar su descontento, preparándose para lo que harían después. En un ambiente pre revolucionario estos grupos armados cometieron asesinatos, y atentados que a pesar de emplear con dureza a los guardias se asalto, el gobierno no era capaz de controlar. Les venían muy bien a los golpistas para justificar su acción. El gobierno era de coalición y las presiones hacían cambiar de ministros con frecuencia. Cuando se empleaba la fuerza contra los de derechas era acusado de indiscriminados ataques de la fuerza pública, y cuando la empleaba contra los anarquistas de calculada complicidad.
Las fuerzas económicas no estaban dispuestas a soltar nada que significaría sosegar a las masas, como ocurrió en la transición, sino todo lo contrario, y el clero con una clientela mayoritariamente católica y practicante, azuzaba desde los púlpitos a las masas, posicionándose claramente hacia los golpistas, poniendo en su contra a los católicos republicanos. Eso les costaría muertos, pero no importaba mucho a las cúpulas. dispuestas a no perder suculentos privilegios.
Todo iba encaminado a que la república no triunfase, que el pueblo no viera que con otra forma de gobierno había progreso. Como en los versos de Machado, se trataba de que no acertara la mano con la herida. No se podía dar tiempo a que esa república de izquierdas desplegara su programa moderado y cambiara esa España negra y con retrasos de siglos, por otra de libertad y progreso.
Y las poderosas fuerzas del dinero decidieron apostar por que nada cambiara, a pesa del analfabetismo y la miseria de las masas. Las fuerzas castrenses (clero y militares) pusieron por encima del pueblo sus intereses de casta, llamando a la rebelión en nombre de la Patria y sin esperar siquiera a ver que pasa, la guerra llamaba alas puertas de las casas.
Y ganaron los "buenos", y durante cuarenta años seguimos en una ESPAÑA de carnaval vestida triste y beoda, que gracias a la guerra fría y la ayuda americana en el año cincuenta y seis se alcanzó la renta perca pita del treinta y tres. CONTINUARA