IÑAKI GABILONDO...

IÑAKI GABILONDO

Madrid

El ínclito Ortega Smith, con su miserable intervención en el Ayuntamiento de Madrid en la que se burló de las asociaciones feministas calificándolas de chiringuitos y relativizó este drama hablando de mujeres que asesinan a hombres, potenció más aún el contenido de la jornada. Demostró sobradamente que esta lucha tiene todo el sentido y qué es preciso perseverar y apretó las filas de todos los partidos.

La rotunda descalificación del alcalde de Madrid el popular Almeida y la Begoña Villacís, de Ciudadanos dejaba a Vox solo con su demencia. Es la primera vez que Vox quedaba aislado. El argumentario de Vox en esta materia es grotesco. Negar la gravedad de la violencia contra las mujeres y la necesidad de normas para combatirla porque también existen otras violencias es cómo rechazar las leyes antiterroristas porque también hay otros asesinatos.

Un negacionismo ridículo que se justifica para luchar contra el consenso progre, uno de sus mantras favoritos y que se envuelve, como no, en la bandera de España. La ventaja del ocurrido en Ayuntamiento de Madrid es que nos permite descubrir que Vox podría terminar siendo útil para la democracia si al igual que sucedió ayer sus barbaridades contribuyeran a unir a todos en torno a los principios básicos de nuestra convivencia. Porque no hace falta trazar ninguna línea roja. Vox se ocupa de trazarla; pero el PP y Ciudadanos no le abandonarán. Ningún principio básico es más básico que el interés partidista..