Me permito la licencia de invitarle a que se lea el cuento de aquel marqués que tenía su único hijo muy enfermo y los doctores le dijeron que solo se curaría poniéndose la camisa de un hombre FELIZ
Hombre, ante la salud y el amor, por supuesto, como raíces todos los días.
Sí, sé el cuento del marqués, claro, el hombre no tenía ni camisa y era feliz, pero es eso un cuento, también nos cuentan otros, pero son eso, cuentos.
Un saludo.
Sí, sé el cuento del marqués, claro, el hombre no tenía ni camisa y era feliz, pero es eso un cuento, también nos cuentan otros, pero son eso, cuentos.
Un saludo.