Mensajes de Fiesta de Halloween enviados por Carmen García García:

Esta arboleda está al lado de la laguna de Somolinos, tambien de Guadalajara
Saludos
No te pude contestar antes. Muy bonita esa alameda. Me recordó a la de mi pueblo en en tiempos muy antiguos. Porque hoy los chopos son muy altos y los arbolillos que se ven al fondo tu foto crecieron. En vez de lago, vi el río de mi pueblo, el Ablanquejo, afluente del Tajo pero minúsculo. Como su nombre dice en vez de rio es un riejo.
Tenemos una hermosa provincia pero nada conocida.
Un saludo.
Gracias también a ti por esa alameda. ¿No sabes que en mi pueblo, Ablanque, hay una alameda que estará ahora deshojándose como esa?
No puedo olvidarme de nada mío, que es triste, porque se perdió, pero existió una vez, y yo fui testigo de aquello y debo contarlo. Que nadie crea que porque ahora haya silencio en las calles siempre fue así; que sepan que en otro tiempo no fue así y yo soy una prueba de que aquello existió con mi testimonio.
Saludos
Pues sigamos en este tema que ya que he puesto alguna canción de mi plaza querida, la de los esqueletos; hoy puedo recordar otra mas corta.
¿Quien nos la enseñó?
No lo sé pero la cantábamos en mi Ciruelos del alma y éramos los niños mas felices del mundo sin demasiado. Nos teníamos a nosotros, a nuestros juegos, a nuestras familias y nada ni nadie podía con nosotros. O eso pensábamos.
Si alguien de aquellos que jugaban conmigo me hablaran hoy, sería dichosa.
Pero cada uno y cada una iniciamos ... (ver texto completo)
Carmen, ¡la canción infantil es realmente encantadora y divertida!

La voy a copiar porque me ha gustado mucho.

Saludos.
Nela:
imagina una plaza preciosa, llena de niños, cantando ellos mismos esta y otras canciones, juntos (porque si alguno intentaba escabullirse y quedarse al márgen no se consentía, se le traía y ya se encargaba el juego de todo lo demás, que era reír y disfrutar todos los minutos del día)
Ese juego que viví me ha dejado una huella imborrable en mi memoria. Y eso mismo lo pueden seguir viviendo otros niños, en otros lugares. Nuestros juegos eran gratis total, y sin coste alguno. Y por que queríamos ... (ver texto completo)
Unos niños muy innovadores los de Ciruelos del Pinar (Guadalajara) de los que formé parte un lejano día ya. Muchas tardes cantábamos en la plaza la canción de los esqueletos y lo pasábamos pipa.

LOS ESQUELETOS

Cuando el reloj marca la una,
los esqueletos salen de la tumba.
Tumba, tumba, catatumba.
Cuando el reloj marca las dos,
los esqueletos, comen arroz,
tumba, tumba, catatumba. ... (ver texto completo)
Otra foto...
¡Qué bonito Nela! Hay que tener una sensibilidad especial para hacer todo eso, alegrar el corazón en los momentos mas duros, conseguir que unas simples y sosas calabazas se rían y lloren; se transformen. Todo cobre vida en medio de este mundo nuestro de muertos por tantas y tantas causas...
Eso es transmitir la alegría, compartir la risa en medio del duelo, eso es inocencia y pureza.
Y este mundo nuestro necesita de toda esa paciencia entretenida en naderías que hacen unas gentes más alegres, mas capaces de enfrentarse a las mil y una dificultades que todos tenemos.
A mi cuando empezó este tema me sorprendió que lo que hacíamos nosotros se hiciera también en otros lugares, de otras formas y maneras, pero que een lo esencial coincidiéramos. Porque como tu bien dices la cultura es mas universal de lo que nos parece pues todos somos nacidos del mundo. ¿Qué conexiones tenemos para coincidir en tantas y tantas cosas y a miles de kilómetros y sin conocernos?
Nosotras, las niñas de Ciruelos del Pinar también pintábamos huevos chinos para mondarse de risa porque nos lo enseñó a hacer una niña cabrera que vino al pueblo a vivir una temporada con nosotros.
¡Un saludo, y piensa en algo alegre para que ese dolor se te vaya a hacer gárgaras! Por ejemplo, en esas calabazas tan sonrientes y monas ellas.
Un beso, guapa. ... (ver texto completo)
Mi madre, mi perra Pipa y yo con unos zapatos del número 45....
Venía de mi paseo pensando en todo el trabajo que hicisteis cuando adornabais así la casa: la cocina, los postres, y el salón. Eso tiene mucho mérito y cualquier asociación que lo hiciera emplearía muchos días. Ya no están las fotos de la cocina pero eran preciosos todos esos adornos.
A mi no me parece mal que haga todo ese tipo de cosas, que se pueden divertir haciéndolo los niños, y pueden disfrutar de cosas naturales como calabazas. Tiene que costar mucho y también hay que tener imaginación ... (ver texto completo)
Hola Carmen, estoy sacando la conclusión, que ese juego era un poco parecido a las películas de Hallowen, esperimentar el miedo al final yo creo que es lo que se busca en esa fiesta.. aúnque ahora en vez de miedo se parten de risa.

saludos
Lú:
entonces el miedo era muy real pues ya me dirás que ir a un cementerio por la noche... Veníamos temblando de miedo por el camino y solo nos reíamos al final. Éramos niños y nos creíamos hasta lo que no veíamos porque eran los mayores quienes nos llevaban. Una especie de tradición parecida a los reyes mayos en que los niños se lo creen todo y siempre hay quien aún no creyéndolo, lo representa.
Pero no teníamos idea de que Hallowen existiera. En casa nunca te hablaban de ello y solo era entre los niños. Los mayores no estaban para fiestas pues el trabajo era muy duro tanto el del padre como el de la madre que con cuidar de todos nosotros ya tenían bastante. Nosotros nos divertíamos por nuestra cuenta. Y la verdad es que lo pasábamos muy bien. ... (ver texto completo)
Sin embargo en el pueblo mío, Ablanque (Guadalajara), y a pocos kilómetros de Ciruelos del Pinar, tenían otra tradición que fue pasando de padres a hijos. El día de Todos los Santos, nos contaban que tenía lugar la representación de Don Juan Tenorio del vallisoletano José Zorrilla. Y en el pueblo siempre se representó en esa fecha. Cada cual tenía su papel asignado que se lo sabía de memoria.
Una amiga de mi abuela era Doña Inés, y mi propia abuela era la madre abadesa. Pero mi abuela se sabía ... (ver texto completo)
Quiero matizar que era un juego más de los muchos que teníamos. No era una fiesta. No había caramelos ni dulces y en nuestras casas nada de celebraciones. Era un día más como otro, solo que en vez de jugar por el pueblo nos íbamos todos juntos al cementerio contando encima historias para no dormir y os puedo asegurar que llegábamos al pueblo con los pelos de punta y muertos de miedo y de risa, a la vez. Mirábamos y nadie nos perseguía, así que emprendíamos el camino a casa como si nos hubiésemos ... (ver texto completo)
Nosotros no la llamábamos la fiesta de Hallowen y sí hacíamos algo parecido a lo que comentas el día de Todos los Santos. Era en Ciruelos del Pinar (Guadalajara). Los chicos y chicas nos reuníamos y hacíamos eso en una calabaza. Los mayores, porque los niños solo acompañábamos, pero íbamos todos juntos siempre y entonces también participábamos de la experiencia. Cuando ahora lo recuerdo es que éramos bastante tétricos. Nos íbamos andando por la noche hasta el cementerio que estaba a casi un kilómetro ... (ver texto completo)