Me acuerdo que -yo pequeño- mis padres gustaban de celebrar la noche de San Juan, junto al mar... Entonces predominaba un ambiente familiar y nada multitudinario, pero igualmente festivo. Los niños nos juntábamos a jugar en la arena, mientras nuestras madres preparaban las correspondientes fiambreras (tortilla, conejo con tomate, etc.,) y situaban las snadías y melones junto al rimpiente (semi-enterrados en la arena) para refrescar e igualmente se hacía con el agua, vino y la sempiterna gaseosa... ... (ver texto completo)