ADIVINA ADIVINANZA
J. Sabina
Mil años tardó en morirse
pero por fin la palmó.
Los muertos del cementerio
están de fiesta mayor.
Seguro que está en el Cielo
a la derecha de Dios.
Adivina, adivinanza, escuchen con atención. A su entierro de paisano asistió Napoleón, Torquemada, y el caballodel Cid Campeador; Millán Astray, Viriato, Tejero y Milans del Bosch, el coño de la Bernarda, y un dentista de León; y Celia Gámez, Manolete, San Isidro Labrador, y el soldado desconocido a quien nadie ... (ver texto completo)
J. Sabina
Mil años tardó en morirse
pero por fin la palmó.
Los muertos del cementerio
están de fiesta mayor.
Seguro que está en el Cielo
a la derecha de Dios.
Adivina, adivinanza, escuchen con atención. A su entierro de paisano asistió Napoleón, Torquemada, y el caballodel Cid Campeador; Millán Astray, Viriato, Tejero y Milans del Bosch, el coño de la Bernarda, y un dentista de León; y Celia Gámez, Manolete, San Isidro Labrador, y el soldado desconocido a quien nadie ... (ver texto completo)