En la ciudad donde yo vivo, los inmigrantes deambulan por las calles todo el día, en grupos de tres o cuatro.
Durante el día, se sitúan en los semáforos de calles adyacentes con las avenidas principales, esperando que se detenga en ellos algún todoterreno. En cuanto ven uno, se acercan a la ventanilla o golpean la puerta, para solicitar
trabajo al conductor.
Por la noche, los que pueden la pasan en el albergue municipal, y los que no pueden, buscan cajeros, zaguanes, pasajes, etc. se abastecen
... (ver texto completo)