Rotundamente no, que vivan de sus afiliados, y se busquen la vida como todo el mundo, y dejen de una vez de ser estómagos agradecidos.

Estando en parte de acuerdo con Maricarmen, no deja de sorprenderme el ataque que últimamente, están recibiendo los sindicatos debido a las ayudas que el Estado les proporciona. Sin embargo, nunca se alude a las ayudas, que por los mismos conceptos, reciben las patronales.
Tal parece que en este país, de 5 millones de parados, todos somos empresarios.

Por desgracia, amigo Pachu, dar de comer al hambiriento, y dar de beber al sediento, viene de lejos. Son obras de caridad cristiana.

Pueden ser obras, TAMBIÉN, de caridad cristiana, pero no es una exclusiva, ni siquiera representan una mayoría.

Saludos......

En primer lugar dar de comer al que tiene hambre. Después enseñar a vivir para no pasar hambre. Y si no saben o no pueden por causas adversas: AYUDAR A PALIAR EL HAMBRE POR TODAS LAS NACIONES PUDIENTES.

Si eliminas el hambre, se acabó el problema.
Tendría que estar prohibido dar de beber al sediento, de comer al hambriento.
Tendríamos que obligarnos, a que no hubiera hambrientos ni sedientos.
Las limosnas, so vejatorias, para el que las recibe y deberían serlo, para el que las otorga.