Mensajes de Libros enviados por peregrina:

Lo siento Señu, pero yo no puedo acudir a su clase, soy demasiado torpe. Ademas, solo estaba de paso. buenas noches y feliz clase. Y bien venidos de sus vacaciones.
Hola, dile a J. A. Que eso no vale, que se tome un ponche bien calentito y un paracetamol y mañana como nuevo. La Moreneta le ayudará; con la ilusión que tiene la T.

Mañana estará bien ya lo verás, y podréis pasar un día estupendo.
Y este es el plano.
Esta es la Santa cova que os dije.
Hola Juan, no os olvidéis de la cueva, ahí no tenéis que coger la cremallera ni nada por el estilo, Es un paseo si no recuerdo mal de media hora más o menos, y es agradable de ver.

También tenéis el Camí dels degollats, que también es agradable pasear por allí.
Espero que os lo paséis bien, ya nos contaréis.

Abrazos para todos
Esas notas son para tenerlas en un cuadro de honor.
Y no todo era aprender la lección, también aprendiamos canciones para cantarlas en el patio, o debajo de porche del colegio los días de lluvia; como por ejemplo.

Que llueva que llueva
la Virgen de la Cueva,
los pajarillos cantan
las nubes se levantan.
Que sí, que no,
que caiga un chaparrón
que rompan los cristales
de la estación, de tú casa sí ... (ver texto completo)
Y quien no recuerda la gallinita ciega, o el juego del pañuelo, etc.
También había un espacio de recreo, en el que se jugaba a la comba, al pilla, pilla, a las chapas, o simplemente a intercambiar cromos.
Bueno siempre había algunas historias que no eran tan “Bonitas” pero me gustaba leer la historia de Viriato, Anibal, Séneca, El cid Campeador, los Reyes católicos y otras muchas así.
Y este era uno de los poemas del libro que teníamos que aprender de memoria.

ROMANCE SEXTO - EL REINO PERDIDO
Las huestes de don Rodrigo desmayaban y huían
cuando en la octava batalla sus enemigos vencían.
Rodrigo deja sus tiendas y del real se salía,
solo va el desventurado, sin ninguna compañía;
el caballo de cansado ya moverse no podía,
camina por donde quiera sin que él le estorbe la vía.
El rey va tan desmayado que sentido no tenía; ... (ver texto completo)
Como este otro libro de Historia de España. Cuando terminábamos la lectura y con el libro cerrado, nos preguntaba por los nombres de aquellos personajes para que los memorizáramos, y si no lo sabíamos, ya teníamos deberes añadidos.
Estos libros, parece mentira que aunque todas leyéramos la misma historia, cuando nos preguntaba la profesora por la comprensión de la lectura, cada una la interpretaba de manera diferente, y nos pasábamos la tarde intentando razonarlo.

Me encantaba leer esas historias.
¿O del mapamundi?
¿Y quien no se acuerda del Globo Terráqueo?
Esta era la primera pizarra, con las bolitas para empezar a contar, y después la otra con el pañito que nos ataban las madres para limpiar la pizarra, cansada de lavar la bata cada día porque la limpiábamos con la manga, y aquello costaba más de sacar, pues era como ceniza. Por eso nos ponían el pañito.
Y que me decis de los borrones? estropeando el escrito hecho con tanto esfuerzo.
En cuanto al tema de la leche, ano 50 y no mas de 2\3 anos, al menos en la parte de Salamanca. saludos.
Madre del amor hermoso ¡Los borrones! Y más cuando habías terminado la redacción y te sentías tan orgullosa de lo bien que te había quedado, y al poner la firma ZAS, el borrón. Y vuelta a empezar.
Y estas preciosas enciclopedias, que entonces tenía que compartirlas con mis hermanas.

Ahora las tengo para mi sola, y aunque no las mire (Que es lo que debería hacer, repasarlas) pero me gusta tenerlas y recordar algunas de las lecciones que más me gustaban, como eran la Geografía Española, sus provincias, etc. Aunque ya muchas cosas las han cambiado. Y algunas de las provincias no son como las cantábamos antes.
Más tarde llegaría el momento de empezar a utilizar el palillero con el plumín, mojándolo en el tintero, ¡Qué tormento! En cuanto se apretaba un poco para aprovechar mas la tinta, se abría la punta del plumín y había que comprar otro, porque ese ya hacía dos rayas al escribir. Mi padre siempre decía que no ganaba para tantos plumines.
Uno de los primeros materiales que llagamos a utilizar, Pizarra, con el pizarrín que lo atábamos con un trozo de “guita” al marco de la pizarra para no perderlo.
Buenas noches Sr. liberal, no es por llevarle la contraria, ¡Dios me libre!, pero en los años que usted dice, yo aún no había nacido y créame que lo de la leche y el queso me acuerdo perfectamente, pues mi madre era una de las que calentaba el agua para hacer la leche.

Yo no digo que hiciera falta esa ayuda, pero si, que se daba,

Esto que le pongo ahora es copiado de un articulo que he encontrado, bastante extenso y le aseguro que explica el porqué de la ayuda.

COPIADO

En cualquier caso, junto a la ayuda de carácter militar vino también ayuda humanitaria, entre la que se encontraban la leche y el queso que fueron repartidos en los colegios, al menos en los colegios públicos, entonces llamados “Colegios Nacionales”, desde 1955 a 1963, aproximadamente. ... (ver texto completo)
Como dice, m arpes. Casi todos teníamos un plumier, pero el mío no era tan completo, ese lo tenían mis hermanas que ya eran mayores, el mío era igual que este que pongo aquí; con la tapa corredera, en el que pegaba alguna mariquita.

Yo si tenia lápices de colores, pero la mayoría de las veces eran los que mis hermanas tenían casi gastados, pues yo me pasaba el día sacándoles punta, y en pocos días ya no tenía ni para poder cogerlos, por eso me daban los suyos para que no los gastara tanto y me aguantaran más tiempo, porque al ser mas pequeños no los afilaba tanto.

En mi pueblo, se empezaba el colegio con cuatro años, y esa clase era hasta los seis, pero no era guardería, ahí ya empezábamos a leer, escribir, y sumar y restar, la siguiente era de seis a diez, y la última de diez a catorce.

Las clases eran separadas las niñas de los niños, solamente nos reunían en el mes de mayo cada tarde para rezar el Rosario y cantarle a la Virgen,

En mi pueblo también se decía que la leche y el queso era ayuda de los americanos, y cada día calentaba el agua para hacer la leche la madre de un alumno, cada día una distinta.

A mi, si que me gustaba el queso, y eso que en mi casa mi madre hacía queso de la leche de las cabras, pero supongo que era la novedad, porque aquel era amarillo tirando a naranja.

Si no recuerdo mal, esa ayuda fue entre los años 57 y 60 mas o menos. (Por lo menos en mi pueblo) ... (ver texto completo)