Recuerdo una vez, haciendo un viaje en autobús por vacaciones, de esos que tienen un aseo, que entró una señora al aseo, y evidentemente cerró por dentro. El aseo estaba hacia la mitad del autobús y al abrirse se veían todos los asientos hasta el final. Pues a lo que voy, de pronto el autobús cogió algo que había en la carretera y dio un saltito, a esto que se abre la puerta y queda la buena mujer sentada en el water, con los pantalones bajados, haciendo sus necesidades. Con los nervios no se le ... (ver texto completo)