"Canales-La Magdalena" Un solo pueblo

Al llegar, los chicos escudriñaros hacia el río, por ver si estábamos buscando ranas, como
Foto enviada por Coral


Y continuaba el chismorreo. Y ahora cundían la burla y la chacota con la misma rapidez que antes sirviera para propagar la primera noticia de aquellos amores.
¡Pobre tío Basilio! No sabía nada, y era necesario contarle aquella novedad. Tal vez se alegrase mucho.... ¡Él sin saberlo!. No, no: había que decírselo.
Y comenzaron las frases equívocas, las palabras mordaces, las chanzas sobre su honra, las pullas a la belleza de su hija.....
El pobre barquero no veía a nadie; pero oía, a pesar suyo, ... (ver texto completo)
- ¡Norabuena! ¿Va usté a ser rico, eh?
¡Enhorabuena! ¿Por qué se la daban? ¡Que iba a ser rico! ¿Que quería decir aquello? Y torturábase el magín por adivinar la intención de tal insulto. Y los saetazos volvían a silbar en torno a la barca.
- ¿Cuanto les lleva usté por pasaje?
Volvía a sumirse el tío Basilio en mil pensamientos diferentes, buscando una idea que iluminara la obscuridad de aquel misterio. Desde luego, era indudable que todas aquellas punzadas venenosas iban dirigidas a él, aunque no oyera pronunciar su nombre ni el de su hija. Y también adivinó, desde un principio, que si él no atinaba pronto con la causa de tales burlas, los mismos labios ocultos, que tanto le mortificaban, acabarían por decírselo todo. ... (ver texto completo)
Al llegar, los chicos escudriñaros hacia el río, por ver si estábamos buscando ranas, como solíamos. Y para provocarnos empezaron a silbar y a reir de aquella forma de siempre, opaca y humillante. Ese era su juego: llamarnos, sabiendo que no apareceríamos. Nosotros seguimos ocultos y en silencio. Al fin, los chicos abandonaron si idea y volvieron al camino, trepando terreplén arriba. Nosotros estábamos anhelantes y sorprendidos, pues no sabíamos lo que Efrén quería hacer.