Y hablando de estos bichos que no vemos pero que matan a plazo, os voy a contar una historia-VERÍDICA-, que ocurrió hará unos cinco años-APROX....-en un pueblo de la Ribera-LO OMITO POR SI-, y trajo de cabeza a todo el vecindario durante largos meses hasta que un médico-EN ESTE CASO FUE MÉDICA-resolvió el caso.
Un buen vecino y con gran intención regaló unos chorizos de jabalí para hacer una merendola; lógicamente a esos eventos se apunta hasta el Tato. Acudieron como veinte personas y dieron buen fin a tan gustosas pitanzas. Con la panza llena y remojados en vino dieron fin a la tarde-noche.
Pasadas unas semanas la gente partícipe en la merendola comenzó a sentirse mal, vómitos, fiebre, malestar general, etc.... pero simplemente lo achacaban a una gripe de temporada ya que posterior a unos días los síntomas remitieron.
La doctora, "dicho de paso muy mosqueada ella", porque efectivamente parecía gripe, pero no las tenía todas consigo, citó a unos pocos y les hizo la prueba de la triquina; resultado todos positivo.
Y es que los choricines de antaño no habían pasado la correspondiente prueba con el veterinario, y D. Jabalí estaba pachucho.
Gracias a la perspicacia-JOPE VAYA PALABRO-, de la Doctora no pasó factura a la larga a medio pueblo. Tan solo uno de ellos que se había ido de excursión a las Islas tuvo problemas graves y lo trasladaron de urgencia a León, pero ya sabían lo que tenía por sus vecinos.
Me ha explicado esta chica que si la triquina se coge a tiempo y se trata con un fármaco específico para ello no pasa nada; pero hay ¡si no.... a la larga y muy a la larga, el bichejo comienza a expandirse por las vísceras y -MORIDO TE QUEDAS-

-Moraleja:
Existen los Ángeles de la Guarda.