Un poco de historia:
Aunque probablemente fuera ocupado por primera vez por los romanos, se atribuye su fundación a Alfonso II de Asturias. Según la leyenda, fue prisión de Sancho Díaz, padre de Bernardo del Carpio.

Históricamente, fue reconstruido por Alfonso III de Asturias. Desempeñó un papel fundamental en la rebelión de los hijos de este rey. Su esposa, la reina Jimena, se lo entregó a su primogénito, García, en 910, junto con los castillos de Alba, Gordón y Arbolio, tras lo cual logró la abdicación de Alfonso y el ascenso al solio leonés.

Considerada la fortaleza más formidable de todo el Reino de León, fue sede del Tesoro Real. Reinando Bermudo II de León, el tenente del castillo y custodio del Tesoro, Gonzalo Bermúdez, traicionó a su señor y se entregó a García Gómez, conde de Saldaña, aliado con Almanzor.

En 1073 Alfonso VI de León encarceló en Luna, por consejo de su hermana Urraca a su hermano el rey de Galicia, García, que permanecería preso 17 años, hasta su muerte en 1090.