Jjajaajaja Anamaría, pues no, no estábamos en guerra...

La Puerta del obispo ya desaparecida que unía la casa consistorial con la catedral... Dicen las malas lenguas que la derribaron porque por ella no cabía el coche del alcalde para ir a su finca

Vaya ruina, estábamos en guerra?.

Jjajaajaja Anamaría, pues no, no estábamos en guerra por aquella época, lo que pasa es que uno se nuestros defectos es la dejadez y ese edificio que parece unía la catedral con el obispado se dejo tanto que la cubierta se vino abajo y quedó en esas condiciones