Ya te tambaleas sobre el ring, mi querido Ferisa. Tu caída a la lona es inminente. Has perdido la displicencia y el aguante, y me atacas como haces con los clérigos, con los religiosos, con los curas... ¿Qué se ha hecho de tu aplomo, pobre infeliz?
Yo soy un Hijo de Dios, una oveja de pelaje blanco. Tú eres hijo de Satán, una oveja de vellones negros. No puede haber afinidad entre nosotros. En esta guerra de Armagedón tú saldrás perdiendo y tu boca que vomita blasfemias será cerrada para siempre. ¡Pobre Ferisa, cuán grande será tu desencanto y cuán triste tu desesperación! Tú no puedes juzgarme, no tienes bastantes argumentos. Estás depositando en mí, malévolamente, lo que constituye tu verdadera esencia. Yo tengo en mi Alma la imagen de mi Padre Celestial, al que tú detestas, y arde en mi corazón la llama de Su Amor, que tú has sustituído por el Odio. El Bien es mi enseña y la Maldad es tu bandera. Tú impones a los demás el veneno de tus blasfemias y yo les ofrezco el agua que da vida eterna.
¿De dónde sacas que me encolerizo? ¿Acaso ves mi rostro y puedes leer en mi corazón? Es verdad, que si no fueras mi hermano en el espíritu, caería sobre tí como una roca desde lo alto de una montaña; pero, es la Justicia de Dios la que se encargará de tí, después de que hayas perdido el combate. Ya estás casi "grogui" y en los próximos asaltos te derrumbarás en el cuadrilátero.
Recuerda, una vez más, que no soy yo el que tiene las fobias, sino tú, alérgico a la Divinidad, con anatemas diabólicos y gráficos que te han sido facilitados por los demonios para que corrompas a tus hermanos. Si no amas y reconoces a la Esencia Suprema del Cosmos ¿qué sentido y significado tiene tu existencia, pobre desdichado? Me haces reir con tus conceptos retorcidos y de pésimo estilo. Son golpes bajos que yo, pugilista entrenado, sé esquivar muy bien. Mi preparador es Dios... ¿Cuál es el tuyo?
Los que nos leen, sin duda apreciarán nuestras profundas diferencias de criterios. Jamás se había ofrecido en este Foro una oportunidad semejante para elegir. A cada uno su elección.
Yo soy un Hijo de Dios, una oveja de pelaje blanco. Tú eres hijo de Satán, una oveja de vellones negros. No puede haber afinidad entre nosotros. En esta guerra de Armagedón tú saldrás perdiendo y tu boca que vomita blasfemias será cerrada para siempre. ¡Pobre Ferisa, cuán grande será tu desencanto y cuán triste tu desesperación! Tú no puedes juzgarme, no tienes bastantes argumentos. Estás depositando en mí, malévolamente, lo que constituye tu verdadera esencia. Yo tengo en mi Alma la imagen de mi Padre Celestial, al que tú detestas, y arde en mi corazón la llama de Su Amor, que tú has sustituído por el Odio. El Bien es mi enseña y la Maldad es tu bandera. Tú impones a los demás el veneno de tus blasfemias y yo les ofrezco el agua que da vida eterna.
¿De dónde sacas que me encolerizo? ¿Acaso ves mi rostro y puedes leer en mi corazón? Es verdad, que si no fueras mi hermano en el espíritu, caería sobre tí como una roca desde lo alto de una montaña; pero, es la Justicia de Dios la que se encargará de tí, después de que hayas perdido el combate. Ya estás casi "grogui" y en los próximos asaltos te derrumbarás en el cuadrilátero.
Recuerda, una vez más, que no soy yo el que tiene las fobias, sino tú, alérgico a la Divinidad, con anatemas diabólicos y gráficos que te han sido facilitados por los demonios para que corrompas a tus hermanos. Si no amas y reconoces a la Esencia Suprema del Cosmos ¿qué sentido y significado tiene tu existencia, pobre desdichado? Me haces reir con tus conceptos retorcidos y de pésimo estilo. Son golpes bajos que yo, pugilista entrenado, sé esquivar muy bien. Mi preparador es Dios... ¿Cuál es el tuyo?
Los que nos leen, sin duda apreciarán nuestras profundas diferencias de criterios. Jamás se había ofrecido en este Foro una oportunidad semejante para elegir. A cada uno su elección.