No me encolerizo, eso es lo que tú desearías que hiciera...

No me encolerizo, eso es lo que tú desearías que hiciera y te gusta pensar, pero te equivocas. No lo necesito, pues mis directos de derecha a la mandíbula y mis "crochets" de izquierda al hígado están acabando contigo. Ya no tienes fuelle y sólo pataleas. Por eso, subes de tono tus blasfemias, que ya nadie se cree. ¡Estás acabado, Ferisa!

Hay cosas que no puedes entender, debido a la endeblez de tu cerebro y a la dureza inacabable de tu corazón. Afortunadamente, hay muchas personas muy delante de tí en el sendero de la evolución espiritual y ellos desdeñan tus afirmaciones, a la vez que te compadecen. Esconde el rabo entre las piernas y ve a comunicar tu fracaso a tu señor Lucifer, que te tiene bien cogido.

Permíteme que me ría displicente. Como te repites tanto, ya no merece la pena contestarte. Para tu desgracia, si vives lo verás. Perdona, ha sonado la campana y el árbitro está considerando parar el combate, pues te ve en palpable inferioridad. Ya sólo haces algunos aspavientos, pero lo cierto es que ya no tienes fuerza. Estás casi inconsciente y a punto de tirar la toalla. Nada puedes contra el que lleva en su corazón la Luz.

Lo lamento, pero es evidente que tú no comulgas con nada. Hace tiempo que emprendiste un viaje sin retorno y recibirás la recompensa de tus obras blasfemas: el estanque de fuego, al que irás con esas ruedas de molino atadas al cuello, para que te hundas en su profundidad.