GALLO, CERDITO, Y JUMENTO
Me han dicho que explique un cuento, (me lo tengo que inventar)
“Gallo, cerdito y jumento,” Yo no sé lo que saldrá.
En una granja habitaban Unos cuantos animales,
Y los amos comentaban, A ver, que servicio darles.
El cerdito era pequeño, Re gordito y muy rosado,
Para cebarlo, y matarlo, Los amos lo habían comprado.
Pensando ya en la matanza, Y lo que harían con él,
Salarian sus jamones, Y harían morcillas también.
El pienso que este gastaba, No es para tomarlo a chanza,
Pero si no se lo daban, Se quedaban sin matanza.
En cambio el pobre jumento, era escuálido y torcido,
Más seco que la mojama, y con cara de aburrido.
Hasta el propio caminar, lo hacía con poco garbo,
Y algún tropezón que otro, también había que contarlo.
Pues el amo lo llevaba, para acarrear el heno,
Y solo comía hierba, es lo que tenía de bueno.
Y alguna vez le pegaban, para que fuera ligero.
También en el gallinero, vivía un hermoso gallo,
Que solo por su plumaje, había que contemplarlo.
Plumaje azul y dorado, y muy flamenco y lozano.
Era el rey del gallinero, para gozo de sus amos.
Pero estos, acordaron por navidades matarlo.
Y el pobre casi se muere, solamente de pensarlo.
“Imaginarse sin plumas,” ¡era demasiado fuerte!
Él, no poder presumir delante de sus parientes.
Así, que los tres vecinos, hicieron una asamblea.
y decidieron marcharse, antes de que amaneciera.
“Y sin que el gallo cantara” para que nadie los viera.
Pa. Sa. Ma.
Me han dicho que explique un cuento, (me lo tengo que inventar)
“Gallo, cerdito y jumento,” Yo no sé lo que saldrá.
En una granja habitaban Unos cuantos animales,
Y los amos comentaban, A ver, que servicio darles.
El cerdito era pequeño, Re gordito y muy rosado,
Para cebarlo, y matarlo, Los amos lo habían comprado.
Pensando ya en la matanza, Y lo que harían con él,
Salarian sus jamones, Y harían morcillas también.
El pienso que este gastaba, No es para tomarlo a chanza,
Pero si no se lo daban, Se quedaban sin matanza.
En cambio el pobre jumento, era escuálido y torcido,
Más seco que la mojama, y con cara de aburrido.
Hasta el propio caminar, lo hacía con poco garbo,
Y algún tropezón que otro, también había que contarlo.
Pues el amo lo llevaba, para acarrear el heno,
Y solo comía hierba, es lo que tenía de bueno.
Y alguna vez le pegaban, para que fuera ligero.
También en el gallinero, vivía un hermoso gallo,
Que solo por su plumaje, había que contemplarlo.
Plumaje azul y dorado, y muy flamenco y lozano.
Era el rey del gallinero, para gozo de sus amos.
Pero estos, acordaron por navidades matarlo.
Y el pobre casi se muere, solamente de pensarlo.
“Imaginarse sin plumas,” ¡era demasiado fuerte!
Él, no poder presumir delante de sus parientes.
Así, que los tres vecinos, hicieron una asamblea.
y decidieron marcharse, antes de que amaneciera.
“Y sin que el gallo cantara” para que nadie los viera.
Pa. Sa. Ma.