Lo que es verdaderamente sarcástico es la lista de cosas que esgrimes, en el ámbito de la Religión, como excusa para apoyarte en el escepticismo y renegar de Dios. Entre decir que sí y decir que no has tenido la misma distancia, pero tu decepción y tu comodidad te han llevado a un camino errado. Dios te creó a su imagen y semejanza, pero tú has elegido ser como eres y caminar por el sendero oscuro. Ahora le rechazas con todo engreimiento, aferrándote al modelo negativo que ofrecieron y ofrecen aquellos impostores que dicen ser sus representantes en la Tierra sin ser verdad. Estás equivocado, porque somos legión los que prescindimos de ellos y sabemos que son, como antes fueron, una raza de víboras. Puedo asegurarte que el Padre Celestial no está con ellos y te ama a pesar de que tú reniegas de Él. Me impulsa la fraternidad que brota de mi Espíritu, que reconoce al tuyo como hermano, sin influencia alguna de películas de ciencia-ficción a las que, contrariamente a lo que crees, no soy aficionado. Ahora, no puedes entenderlo, pero un día, cuando la pequeña luz que tilila en tu corazón se haga mayor todo lo comprenderás. Te darás cuenta que el amor del Profundo, la Esencia Suprema, está en todo lo creado, como un contrapunto a la labor del Maligno, que ejerce su influencia maléfica hasta en la existencia de las clases sociales, en las que el Ser Infinito quiere que reine la Justicia. Eso lo saben bien los que creen en Él y nunca pierden la esperanza. Se aproximan días de intenso sufrimiento para la Humanidad, jornadas en las que el dolor inagotable hará a muchos levantar su mirada al cielo y buscar a Dios con desesperación. Si esto te parece producto de la ciencia-ficción, allá tú. Estás avisado y nunca podrás decir que no te he advertido. Recapacita, Ferisa, porque no queda ya tiempo ni de volver la cabeza.