Dormido, despierto,
subía, bajaba,
surcando el aire,
aleteo en el viento.
Gran alameda,
chopos esbeltos,
robles y zarzas,
agua en el suelo.
Miro hacia bajo,
todo es perfecto,
nada se opone,
nada está lejos.
Caminos que cojo
y otros que dejo,
remonto laderas,
cruzo aquel cerro.
¡Qué abrupta loma!
¡Qué río fresco!
No me he cansado,
¡que suerte tengo!
Corren caballos,
solos sin dueño,
pacen los campos,
verdes y espesos.
Voces lejanas,
¡esto es un sueño!
Férreas las uñas
agarradas al viento,
plumas mojadas,
y ojos abiertos.
subía, bajaba,
surcando el aire,
aleteo en el viento.
Gran alameda,
chopos esbeltos,
robles y zarzas,
agua en el suelo.
Miro hacia bajo,
todo es perfecto,
nada se opone,
nada está lejos.
Caminos que cojo
y otros que dejo,
remonto laderas,
cruzo aquel cerro.
¡Qué abrupta loma!
¡Qué río fresco!
No me he cansado,
¡que suerte tengo!
Corren caballos,
solos sin dueño,
pacen los campos,
verdes y espesos.
Voces lejanas,
¡esto es un sueño!
Férreas las uñas
agarradas al viento,
plumas mojadas,
y ojos abiertos.