Mi querido Ferisa, ahora estás hablando en serio y no sé si alegrarme o preocuparme. No creas que te juzgo, porque no es así. Se dijo y está escrito: "Por sus frutos los conoceréis". Ya sabes que un árbol bueno no puede dar frutos malos y al revés. Imitando al excelso Voltaire, en uno de sus escasos momentos lúcidos, te digo que estoy en total desacuerdo con lo que dices, pero daría mi vida por defender el derecho que tienes a expresar lo que piensas. Te estoy hablando desde un profundo respeto, considerando la fraternidad espiritual que me une a tí.
Voy a invertir el sentido de tus palabras: Vivir por amor a la paternidad divina, es vivir. Vivir, obediente a los preceptos del Cielo que te permiten disfrutar de los placeres que la Naturaleza te ofrece, es vivir. Vivir respetando las normas de la sociedad en la que desarrollas tu existencia, es vivir. Vivir en la alegría y esperanza permanentes en una realidad superior, es vivir. Vivir muerto por los caprichos de la arrogancia mental, es uno de los logros de la influencia satánica, que disfruta confundiendo e infiltrando en el Alma, sibilina tergiversación. El gran milagro de la vida, es conseguir que el mayor número posible de personas amen a Dios y a su prójimo, saneando esta alineación en la que estamos, en este período de la Historia.
No puedes decir que Dios es bueno o malo, porque por mucho que quieras no puedes definirlo. Recuerda que tú eres finito y Él es infinito. No es necesario que esté en tu pensamiento para que estuviera en tu corazón. Tal vez en tus obras lo manifiestas y ni siquiera te das cuenta. Tú le niegas, pero en cuanto amas y ayudas a alguien ya le reconoces. Así que deja de contradecirte.
Te saludo afectuosamente y te invito a reflexionar.
Voy a invertir el sentido de tus palabras: Vivir por amor a la paternidad divina, es vivir. Vivir, obediente a los preceptos del Cielo que te permiten disfrutar de los placeres que la Naturaleza te ofrece, es vivir. Vivir respetando las normas de la sociedad en la que desarrollas tu existencia, es vivir. Vivir en la alegría y esperanza permanentes en una realidad superior, es vivir. Vivir muerto por los caprichos de la arrogancia mental, es uno de los logros de la influencia satánica, que disfruta confundiendo e infiltrando en el Alma, sibilina tergiversación. El gran milagro de la vida, es conseguir que el mayor número posible de personas amen a Dios y a su prójimo, saneando esta alineación en la que estamos, en este período de la Historia.
No puedes decir que Dios es bueno o malo, porque por mucho que quieras no puedes definirlo. Recuerda que tú eres finito y Él es infinito. No es necesario que esté en tu pensamiento para que estuviera en tu corazón. Tal vez en tus obras lo manifiestas y ni siquiera te das cuenta. Tú le niegas, pero en cuanto amas y ayudas a alguien ya le reconoces. Así que deja de contradecirte.
Te saludo afectuosamente y te invito a reflexionar.