A media voz

El dirá que yo lo soy, pero con falso argumento, que humildad y necedad no caben en un sujeto
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Y vuelve a sonreír porque en su rueca
el hilo de los campos se enmaraña.
Tras la tenue cortina de la alcoba
está el jardín envuelto en luz dorada.
El dirá que yo lo soy,
pero con falso argumento,
que humildad y necedad
no caben en un sujeto.