Amantes del teatro y la lectura

ENTRE SUEÑOS
Foto enviada por peregrina


ENTRE SUEÑOS

Hace pocos días entré en una tienda de tiroleses, y como había de fijarme en otra cosa, me fijé en un reloj de pared y pregunté el precio.
–Quince duros –me dijo el dueño.
¡Quince duros! –repetí yo en voz baja y como dudando si me decidiría o no a comprarle.
–Es una ganga –se apresuró a añadir mi interlocutor para acabar de decidirme–. Ya ve usted, por quince duros un reloj de péndulo. Esto acompaña por las noches.

–Esto acompaña –exclamé yo entonces–; he aquí lo que yo busco: ... (ver texto completo)