MIS NIÑOS

Mis niños me acompañan
cantando en la pradera
a la rosa de los vientos
que el amor desea y espera.

¡OH qué día tan triste en Granada,
que a las piedras hacía llorar,
al ver que Marianita se muere,
en cadalso por no declarar!

No lloréis mis pequeñuelos
que a mi siempre me tendréis
en los juegos de la plaza
con vosotros yo estaré.

En las risas de los cantos
y en la brisa de los altos
en los juegos de la plaza
con vosotros jugaré.