ACTO SEGUNDO...

ACTO SEGUNDO

Salen Don Mendo y Nuño su criado charlando sobre el incidente que tuvo lugar en casa de Pedro Crespo que lo han oído de buena tinta.

DON MENDO:

- ¿Pero qué me dices,
cómo ha podido pasar?
Y que todo el que que
viene tenga que estrellarse
en esa casa.
A mi no me quiere ni ver...
¿Quien te lo ha contado?

NUÑO:

- Pues Ginesa, la criada.
Desde el día de la pendencia,
Don Álvaro no se aparta
de la calle y dice Ginesa
que no para de escribirle notas
que Isabel no contesta. Pero
él insiste, y ella se enfada
de tanta insistencia.
Cada recado que ella devuelve
él se lo entrega de nuevo.
¡Un caso clínico ese Don Álvaro!
Las malas lenguas dicen que
cayó en un enamoramiento fatal.

DON MENDO:

-Como todos que nos cautiva
la doña pero a ninguno contenta.
Menos mal que da nones a todos
porque si no a mi me daría algo.
Me moriría, y siendo ella cortés
pero nada dada a conceder,
al menos siento un gran alivio.

NUÑO:
- Ya mi amo eso que usted tiene
lo tienen muchos y se llama
mal de muchos, consuelo tontos.
Digo yo que son muchos a padecer
ese tan común requemor de...

(No le deja acabar Don Mendo y le da un manotazo)

DON MENDO:

-Buenas nuevas te daré si sigues.

NUÑO:

-Pues a usted un buen dolor de muelas
que es el mal del desamor, eso dicen.
Y me alegro que le duela
porque a mi casi me rompe
de ese tortazo mis dientes.
Encima de pasar hambre.
Toma si es Don Álvaro
que hablando de Roma...

DON MENDO:

- Me dan ganas de estrangularlo
pero me contendré del burlador.

NUÑÓ:
- ¡Qué remedio!

DON MENDO:

-Me quedaré a escuchar
a ver que traman ahora
los bandidos éstos.