Por el camino que conduce a Zalamea vuelve Álvaro con su séquito: El sargento y su banda particular. De muy mala gana se acerca pues sabe que la herida que tiene era lo menos que le podía haber pasado y cree que no es grave.
CAPITÁN:
-No se que afán tienes en volver
al pueblo de Zalamea, amigo.
No preciso ninguna cura y mejor
si nos alejamos de aquí.
SARGENTO:
-Las heridas hay que curarlas bien
que a veces uno la cree cerrada
y luego resulta que sin pensar sangra.
Así que vamos caminando hasta el médico.
Él verá si es grave o es leve no mas.
CAPITAN:
-Solo acercarme y me siento
curado pero extraño. No quiero
ir de nuevo a ese ruin pueblo.
SARGENTO:
- ¿No será que alguna pena
temes te harán pulgar?
Si es así, ten cuidado.
CAPITÁN:
- Es tan solo precaución
pues sabes que los villanos
no se andan por las ramas
y yo no me siento seguro
entre estas gentes de Dios.
CAPITÁN:
-No se que afán tienes en volver
al pueblo de Zalamea, amigo.
No preciso ninguna cura y mejor
si nos alejamos de aquí.
SARGENTO:
-Las heridas hay que curarlas bien
que a veces uno la cree cerrada
y luego resulta que sin pensar sangra.
Así que vamos caminando hasta el médico.
Él verá si es grave o es leve no mas.
CAPITAN:
-Solo acercarme y me siento
curado pero extraño. No quiero
ir de nuevo a ese ruin pueblo.
SARGENTO:
- ¿No será que alguna pena
temes te harán pulgar?
Si es así, ten cuidado.
CAPITÁN:
- Es tan solo precaución
pues sabes que los villanos
no se andan por las ramas
y yo no me siento seguro
entre estas gentes de Dios.