Crespo ya ve que por las buenas no ha podido convencer;...

Crespo ya ve que por las buenas no ha podido convencer; así que toma la vara de mando y ordena a los labradores que prendan al capitán, que atónito ve cómo le ponen las manos encima para detenerle.

CRESPO:

-He procurado ser tu vasallo,
me he arrodillado, con mando,
que he cedido, y tu insensible
a mi amargo dolor de padre,
deshonrado y muy dolido.

Pero ahora tomo mi vara
para que veas que tengo
con qué resarcir mi duelo.
Si por causa de la razón
no ha podido ser, ni
tampoco por compasión,
será caso de la justicia que
este asunto con vara resuelva.

¡Hola! (dice a un labrador)

LABRADOR:

- ¿Qué me manda mi señor?

CRESPO:

-Prender al insensato Álvaro

CAPITÁN:

-No será a mi ¿verdad?
soy siervo del Rey, lo sabes;
y vos no podéis nada hacer
ni tal improperio cometer.
¿Habéis perdido la razón?
Recuperadla ya por Dios.

CRESPO:

-Como veis si ordeno
ellos obedecen por
mi honor, y por esta vara
de alcalde que vino a poco
como caída del inmenso cielo.
Como padre no he podido hacer
que entrases, pero si arrestarte,
si quieres o no, preso eres.
De aquí no saldrás vivo,
si has de salir, será muerto.
Y esto lo dice Pedro Crespo.

CAPITÁN:

-No podréis hacer tal.

CRESPO:

-Has de ver que si puedo.

CAPITÁN:

-Estoy todavía vivo.

CRESPO:

- ¿Acaso soy yo alcalde muerto?