Hablan Isabel e Inés de los sucesos, y de sus sentimientos.
INÉS:
-Me da mucho desconsuelo verte
así con tanto y tanto dolor.
Estás abatida, desesperada
y la vida continúa, olvida.
ISABEL:
-No es fácil. Si nadie lo supiera
pero además de mi dolor, está
mi fama de casa en casa se habla.
Padre, Juan. No es solo mi vida
y todos están enajenados por mi.
INÉS:
- ¿Primo, tu aquí?
ISABEL:
- ¡Hermano!
¿Qué vas a hacer?
JUAN:
- Tengo que acabar con él.
No merece vivir y nuestro honor
con su muerte vengaré.
ISABEL:
-Advierte que padre
es en Zalamea la ley y...
(Entra Crespo)
CRESPO:
- ¡Tú aquí, hijo
pero... no lo entiendo!
JUAN:
-Debes entender que es
mi deber acabar mi obra.
Le herí, le dejé vivo
y ahora debe por vos morir.
CRESPO:
-Las cosas han cambiado
ahora haré la justicia
con esta vara de mando.
Olvida tu lucura, hijo.
JUAN:
- No. Voy a hacer tal
lo que empecé allí,
en la oscuridad del monte.
No me detengas.
CRESPO:
- Detened a mi hijo
y al calabozo con él.
La ley hará su función
y no será la tuya propia.
INÉS:
-Me da mucho desconsuelo verte
así con tanto y tanto dolor.
Estás abatida, desesperada
y la vida continúa, olvida.
ISABEL:
-No es fácil. Si nadie lo supiera
pero además de mi dolor, está
mi fama de casa en casa se habla.
Padre, Juan. No es solo mi vida
y todos están enajenados por mi.
INÉS:
- ¿Primo, tu aquí?
ISABEL:
- ¡Hermano!
¿Qué vas a hacer?
JUAN:
- Tengo que acabar con él.
No merece vivir y nuestro honor
con su muerte vengaré.
ISABEL:
-Advierte que padre
es en Zalamea la ley y...
(Entra Crespo)
CRESPO:
- ¡Tú aquí, hijo
pero... no lo entiendo!
JUAN:
-Debes entender que es
mi deber acabar mi obra.
Le herí, le dejé vivo
y ahora debe por vos morir.
CRESPO:
-Las cosas han cambiado
ahora haré la justicia
con esta vara de mando.
Olvida tu lucura, hijo.
JUAN:
- No. Voy a hacer tal
lo que empecé allí,
en la oscuridad del monte.
No me detengas.
CRESPO:
- Detened a mi hijo
y al calabozo con él.
La ley hará su función
y no será la tuya propia.