Jose Antonio Griñán no tiene pasta,
38000 euros y un piquillo,
tal vez algo de suelto en el bolsillo,
y sus medias, coche, tele y basta.
Y aunque viene Griñán de buena casta,
pues su padre fue escolta del Caudillo,
él se lleva al despacho el bocadillo,
que mira muy bien lo que se gasta.
Y va de la poltrona hasta el escaño
en su coche oficial, año tras año,
que ya son más de treinta, ¡madre mía!
Tras tanto batallar por el progreso,
me da pena que el pobre esté tan tieso
y que deje más tiesa Andalucía.
Fray Josepho
38000 euros y un piquillo,
tal vez algo de suelto en el bolsillo,
y sus medias, coche, tele y basta.
Y aunque viene Griñán de buena casta,
pues su padre fue escolta del Caudillo,
él se lleva al despacho el bocadillo,
que mira muy bien lo que se gasta.
Y va de la poltrona hasta el escaño
en su coche oficial, año tras año,
que ya son más de treinta, ¡madre mía!
Tras tanto batallar por el progreso,
me da pena que el pobre esté tan tieso
y que deje más tiesa Andalucía.
Fray Josepho