CRUZAMIENTOS, Burgos

CRUZAMIENTOS

Entre el gran número de variedades y clones de mejora existentes, se seleccionan como parentales aquellos que poseen caracteres de interés, sean estos de calidad o de comportamiento en cultivo (resistencia a enfermedades y productividad).

Las variedades que producen gran cantidad de polen viable se utilizan como parentales masculinos, dejando al resto como parentales femeninos.
Una vez decididos los cruces, se preparan las flores que van a actuar como parentales femeninos. Antes de que maduren del todo y se abran, se extraen con mucha delicadeza los estambres, parte masculina de cada flor, dejando en cada flor solamente la parte femenina.

Por su parte, el polen se obtiene a partir de los estambres de flores maduras de los parentales masculinos.
La polinización se realiza a mano flor a flor, tomando un poco de polen de la variedad que actúa como parental masculino en un pincel fino, y colocándolo en el estigma de la flor que actúa como parental femenino.

El cuajado de la flor y la formación de la baya se puede observar a partir de la primera semana después de la polinización. Esta baya tiene un aspecto similar a un tomate muy pequeño y puede contener más de 100 semillas.

Las cifras del número de cruzamientos realizados cada año dependen de la importancia y extensión del programa de mejora. En APPACALE, S. A., por ejemplo, se cruzan anualmente unas 16.000 flores que producen en torno a 2.000 bayas al año. De estas bayas se obtienen 50.000 semillas por término medio cada año.

Cada una de estas semillas es, potencialmente, el origen de una nueva variedad. El proceso de selección actúa sobre las plantas obtenidas a partir de estas semillas, descartándose aquellos materiales cuyos caracteres de productividad y calidad no son suficientemente buenos, y guardando cada año aquellos que sí cumplen con los criterios de selección.