Este es el programa que una paloma se leyó nada mas llegar. Pero otras cosas pude hacer al posar mis alas en la famosa villa de Castrillo de
Murcia. Y es que no me puedo sustraer cuando me piden ayuda, voy volando.
El viento traía y llevaba las sábanas bordadas, los encajes, las colchas que engalanaban los balcones y ventanas para la celebración de la procesión. No había manera de sujetarlas y me brindaron alfileres e imperdibles con que sujetar tales prendas. ¡Donde una palomita no pueda llegar! Y cuando ya estuvo todo dispuesto el viento cesó.