Cuando las orejuelas se acercaban a la concurrencia,éstas desaparecían como por encanto, Burgos

Cuando las orejuelas se acercaban a la concurrencia,éstas desaparecían como por encanto. Vistas y no vistas. Y volvían a por más una y otra vez, sin que las orejuelas se acabasen. Un prodigio de la intendencia bien organizada y estudiada, supongo.