Y éste es el resultado final. Tan buenas, que las llevé...

Y éste es el resultado final. Tan buenas, que las llevé a bendecir el día de San Antón, hasta las de mis perros. Pues yo no sé si será por eso, pero había veces que las hacía y se morían de risa, las pastas. Pues nada, que ahora les encantan. Y son iguales que siempre. Pero moldeándolas con una forma de estrella, corazón, y otras más, parecen que todavía tienen más éxito.

Se me ocurrió hacerlas después de cenar. Y justo, es que me faltaban los huevos, y me fui a la tienda a por ellos. Con cinco huevos nada más que con el resto hice una tortilla al día siguiente, de patata.