VIOLETA PARRA...

VIOLETA PARRA
¡Qué amargas son las horas
de la existencia mía
sin olvidar tus ojos,
sin escuchar tu voz!

Pero embargo a veces
la sombra de la duda
que por mi mente pasa
como fatal visión.

¡Qué pena siente el alma
cuando la suerte impía
se opone a los deseos
que anhela el corazón!