¡Hola! En casa de mis abuelos había uno. Cuando era pequeña lo usaban para mi cama porque yo era muy friolera. Aprovecho para hacer promoción de mi primer libro. Para todos los públicos. Os dejo unos renglones. "Recuerdos que danzan en mi memoria" editado por Casa Eolo.

"Como en invierno la cama estaba helada, para templarla se usaba dos sistemas, o un calentador con tapa donde metían ascuas y lo pasaban por toda ella, o la típica bolsa con agua caliente. Luego estaba mi método particular, “los sabañones”. ¡Era increíble! Como estaba todo el día entrando y saliendo de casa, los pies tan pronto estaban fríos, como calientes, así que “afloraban” unos sabañones de campeonato. Para aliviar el ardiente picor, iba moviéndolos de una parte del colchón a otra –vamos itinerantes también– y así conseguía caldear la cama con más rapidez que los otros procedimientos".

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