Europa tiene miedo de quedarse a oscuras. El 40% de todo el gas que se consume procede de Rusia y el Kremlin está reduciendo los suministros. Por otra parte, las economías en desarrollo, con una población que no deja de crecer, están acercando sus niveles de consumo a los países más ricos.
Semejante panorama pone sobre la mesa algunas preguntas clave:
¿Cómo se puede resolver la escasez de energía? ¿Qué
nuevas tecnologías veremos surgir durante los próximos años? ¿Cuál será el papel del petróleo
... (ver texto completo)